Del color de la marihuana, grandes y ovalados como dos abanicos abiertos, incansables y nerviosos, así son tus ojos bellos.
Buscadores de historias, cuentos y leyendas para alimentar a la niña que llevan dentro, «la niña de tus ojos» y de los míos…
Pupilas que se agrandan al compas de mi poesía sobre tu silencio. Iris cambiante, indeciso, perfecto pensante que graba recuerdos, los ficticios y los más ciertos.
Parpados fascinantes, por ellos resbala el deseo de cualquiera que se mire en tus ojos de espejo.
Tan «Narcisos» como el dios que murió en su reflejo.
Ojos de poesía, prosa y verso.
Son el arcoíris en un día de invierno, la hoja verde del otoño mas caduco y seco,
el azul del cielo pintado en el mar Muerto, la primavera que llega en forma de sueño eterno…
Son tus ojos bellos los que veo en cada cara que me encuentro.
En ellos me sumerjo, creando un mundo paralelo que alimenta mis ganas de seguir viviendo.
EL EDÉN DE EVA 